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- Cristina Torreño
- 24 feb 2023
- 1 Min. de lectura
Alguien una vez me dijo que quien tenía la sartén por el mango, no conocía el riesgo de quemarse; y de esta forma cual niño pequeño podría hasta caer en el insulto fácil, si decidieses acercarte en algún momento a la sartén. Ahora bien, imagínate que de tanto estar pegado a ella, se te olvida que lleva adentro y continúas usando palabras horribles para referirte a cualquier persona que no cocine como tú ¿Y si algún día recuerdas que si otra persona no hubiese recogido las hortalizas, quizás no habría nada que preparar?
¿Y si alguna vez miras para el otro lado y descubres que la paciencia y las cosas bonitas
no se cocinan solas y menos aún con desprecio de por medio?



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