🧱
- Cristina Torreño
- 3 may 2023
- 1 Min. de lectura
Es curioso que las murallas no nos pertenezcan aunque las hayamos construido ladrillo a ladrillo. Lo que protegen, sí. Una chispa adecuada puede derribar parte del muro en un segundo, aunque sea en parte. Creo que el ser humano alza paredes tan altas como lo que desea conservar tras ellas. Escondemos platos, y tantas otras cosas, si es que podemos evitar que vayan a segundas mesas. Hace mucho tiempo leí una teoría sobre que las personas se delimitaban a sí mismas para definirse en contraposición. Es decir " tú eres todo lo que yo no soy. Yo no soy todo lo que eres tú". Y ahora que han pasado algunos años y murallas de por medio, lo entiendo diferente. Si encuentras la chispa adecuada es porque yo puedo ser un poquito de ti sin herirme y tú puedes ser un poquito de mí mientras te cuido. El tiempo tiene la magia de cambiar esas teorías absurdas que otros inventan para personas que ni siquiera conocen. Si lograras abrir una puerta en la muralla es porque sabrías cómo conectar tu latido con el mío sin pararme el corazón.



Comentarios