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- Cristina Torreño
- 6 ago 2023
- 1 Min. de lectura
Hoy en el hall vi un cuadro, una versión Technicolor de la fotografía primera que hice en invierno. Pensé que ¡Vaya coincidencia! Justamente la misma perspectiva, aunque deshabitada. Las fotos y los dibujos los prefiero con personas incluidas, siempre. Pero luego pensé y si ¿Hay una persona dentro del faro, pero desde afuera nadie la ve? Esa persona que alumbra a toda velocidad mientras cubre ese recorrido que da la espalda al mar y lo hace lentamente de cara a este. Esa persona que conoce perfectamente que la luz no tiene su función de espaldas al mar y la modula ¡Qué de locuras hace el farero por amor a sus barcos! ¿Verdad? ¡Y cuántas locuras hacemos para que el amor de otras personas no se pierda en el vasto mar ! Estamos ahí, a toda prisa como la luz del faro que desearía poder quedarse fija sin dejar de cumplir su función.
Vaya parrafada para decir un te echo de menos y vamos a encontrarnos antes de la siguiente vuelta.
Gracias Tito, estás en el faro y susurras paz. Hoy pude escucharte, aunque sea un poquito



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