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- Cristina Torreño
- 7 abr 2023
- 1 Min. de lectura
Algunas personas se visten de trofeo y la victoria poco tiene ver con eso. El premio no consiste en convertir al corazón en latón y que en un abrir y cerrar de ojos, otra persona pueda cambiarte la condición de trofeo por la del último/a de la lista. Eso es algo que duele, ganar es otra cosa; es sentir que alguien no pondría a competir o en subasta lo que sientes. Es sentir que alguien conoce que jamás podría comprar lo que eres, pero lo cuidaría para no devaluarlo e incrementaría su valor porque se siente incluido en sus latidos.



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