Extravío de planes

La mecedora tiene unos cuántos años y con los tulipanes llevamos centenarios conviviendo, sin embargo los miaus de la gata son nuevos. Cuando me siento ahí puedo estar un largo rato balanceando pensamientos. Mi abuelo también lo hacía, se sentaba ahí y abría la ventana. Parecía como si con el movimiento de péndulo, las sentimientos libres volasen más y los pesados tardasen menos tiempo en aquietarse. Él conocía que las cosas importantes tenían un swing imparable y tranquilo. Una especie de baile que vuelve cíclicamente y te hace extraviar planes

sin acento. A mí dadme una mecedora, un gato y la resistencia de un tulipán para sonreír sin estar fuera de ritmo.