Hegemonía emocional
- Cristina Torreño
- 12 feb 2021
- 1 Min. de lectura
Como en un juego del ajedrez mis torres, alfiles, caballos y peones iban saliéndose del tablero poco a poco. Los recuadros estaban perdiendo mi esencia. Había olvidado hasta cómo proteger lo defendible. Estaba fuera, casi fuera del tablero. Solo me quedaba una reina que honorara a todos los que habían caído fuera. Solo estaba ella, sin nadie que la aclamara para bien o para mal. Ella era la única que podría darle sentido a una nueva partida, aunque la anterior estuviese perdida.



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