La gata de la ventana
- Cristina Torreño
- 4 feb 2021
- 1 Min. de lectura
Érase una vez una gata que vivía en un campo. Tenía todas las vistas de los alrededores para ella, como si de una película de cine se tratase. Tenía diversión, montones de distracciones, animalillos que cazar y amigos felinos con los que maullar. Ella sin en cambio, amaba asomarse a la ventana de la única casa que había en el lugar. Podía pasar horas allí observando cómo los humanos cocinaban. La gatita no lo sabía, pero de tanto subirse a mirar por la ventana se había metido en el corazón de la casera. Aquella casera no podía cuidar de más gatos, así que buscó a alguien que le abriese la ventana de su casa para darle todo el amor del mundo. La casera encontró a la persona correcta y durante algún tiempo la gatita llenó la nueva casa de alegría. Hasta que un día, sus ojitos se nublaron y tuvo que enfrentarse a una enfermedad heredada. La gatita luchaba y hacía sentir a su dueña que no había nada más importante que una patita que abriese ventanas con amor. Fueron tiempos difíciles, pero se cuidaron como si fueran a vivir para siempre y el hogar fuese una casa dónde solo se entraba con el corazón.



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