mar sobre arena dorada
- Cristina Torreño
- 12 ago 2023
- 1 Min. de lectura
El otro día a mi gata se le cayó un colmillo, seguramente para que lo lleve conmigo y lo muestre siempre que alguien pretenda mordisquear esa parte tierna del corazón que aún me queda. Para ellos mi silencio puede parecer una materia prima inagotable, pero para mí es como un faro cansado; muy cansado de que le tiren piedras a sus ventanas. Aunque para ellos no tenga sentido el no dejar a oscuras mi mar, eso no quiere decir que tenga apagar a su motor. Podrán tenerlo todo, menos mis límites; dónde el mar hacer piruetas sobre la arena dorada.



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