Para el navegante de la vida
- Cristina Torreño
- 5 jul 2022
- 1 Min. de lectura

A mi navegante de la vida le voy a ver en cada ola del tiempo. No pudimos despedirnos, tito. Aún así, nos van a sobrar brisas en las que acurrucarnos contigo las primas y yo. El abuelo las sopla suave para que podamos soltarnos el pelo y no dejemos de bailar con el mar. Tú, libre como el mar y nosotras tus orillas a las que volver siempre irremediablemente. No dejes de abrazarnos nunca que nosotras seguiremos abriendo los brazos frente al mar para recibirte.



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