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- Cristina Torreño
- 30 may 2022
- 1 Min. de lectura

El aire equivoca hasta las torpezas más profundas. Hace tiempo que no sé declinar adjetivos en varias lenguas, y si lo hago es por pura inercia. He olvidado el latín y la Odisea de Homero, mi presente es tan tímido que se pierde entre el jaleo. Perdón si no os escribo historias de amor hasta el cansancio, me he hecho un ovillo entre todo lo que sentía y no dije. He llegado hasta el mar recorriendo el torrente de mi sangre. He buscado un Esperanto del alma porque creía que encontraría la esperanza. Pero yo lo que quiero es hablar en Amoranto, no necesitar la esperanza y gritar en Presente con mis latidos.



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